La ópera está considerada como la primera obra maestra de Verdi y estableció su fama mundial. El tercer acto es uno de los más destacados de toda la literatura operística.
La primera de las famosas arias del Duque: Questa o quella
Con esta aria Verdi dibuja un magnífico retrato del Conde. La música, con su sencillo acompañamiento, lo describe como un cínico vanidoso y superficial, pero encantador. Es un egoísta que se toma todas las libertades. Es sorprendente, Verdi da todas las melodías famosas de esta ópera a este personaje negativo.
El aria “Questa o quella” parece a primera vista un asunto sencillo. Pero en realidad, grandes partes del aria están escritas en un registro vocal alto (pero sin tener un si o un do agudo) y son un reto para tenores con voz de barítono como Caruso o Domingo.
Escuche la gran interpretación de Luciano Pavarotti en la versión cinematográfica de Ponnelle. Su “Questa e quella” es elegante y seductora.
Questa o quella – Pavarotti
La famosa aria “Caro nome” de Gilda
Esta aria surge del éxtasis del primer amor de Gilda. Apela a la vulnerabilidad y a la belleza más que al esplendor exterior. Gilda es una joven de 16-18 años. El aria se introduce con el exquisito canto de dos flautas acompañadas de violines apagados. La posterior repetición de la melodía por parte de la cantante debe producir el brillo y el timbre de la flauta. El aria es muy exigente, ya que está salpicada de muchas coloraturas y ornamentos y alcanza el do agudo dos veces.
Edita Gruberova se ha hecho famosa como soprano de coloratura con el papel de la Reina de la Noche. Escuchamos a una cantante cuya voz puede alcanzar las esferas más altas y que es una maestra de los ornamentos asesinos.
Caro nome / Gruberova
La famosa aria “La donna è mobile”
Hay una historia interesante sobre esta famosa aria. Al parecer, cuando Verdi compuso esta aria, era consciente de la popularidad que alcanzaría y del efecto que tendría en el público. Por ello, mantuvo esta aria en secreto durante mucho tiempo. Para evitar que la melodía se filtrara antes del estreno, incluso el tenor y la orquesta no recibieron el aria hasta el último momento, justo antes de la representación. Se convirtió en una sensación y todo el mundo la tarareaba cuando el público del estreno abandonaba el auditorio.
De nuevo Verdi eligió el ritmo del minué. La personalidad y las intenciones del Duque se mantienen fijas en el tema de la seducción. Aun así, el aria debe cantarse con ligereza y no degenerar en una pieza vulgar. Suele terminar con un brillante si alto, aunque Verdi la compuso una octava más baja. Sin embargo, ningún tenor puede permitirse terminar el aria con el si grave, el juicio del público sería mordaz.
La incomparable “la donna è mobile” de Pavarotti. Con encanto, ligereza y elegancia.
La donna è mobile – Pavarotti
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