Bellini_La_sonnambula_3_immortal_pieces_of_opera_music (3)

Con “La sonnambula” Bellini creó su primera gran obra maestra. Los cantantes Battista Rubini y Giuditta Pasta hicieron inmortal esta ópera. 120 años después, Maria Callas provocó un renacimiento de esta obra que continúa hasta hoy. Unos meses más tarde, Bellini escribió el mayor éxito de su carrera con “Norma”, haciendo de 1831 el año más feliz de su carrera artística.


 
 
 

 
 

El dúo romántico Prendi l’anel ti dono

Bellini le regala a Elvino una de sus largas y fundentes melodías al estilo de un nocturno. Bellini hace que el pasaje “al nostro amore” se acompañe sólo con la trompa, lo que hace que florezca un hermoso romanticismo. Solemnemente, el coro acompaña a la pareja de forma silenciosa y tierna, como si no quisiera perturbar la unión de los dos. En tercios, los dos amantes cantan el hermoso final (“como Dios unió nuestros corazones”), al principio acompañados sólo por el pizzicato de las cuerdas y al final a cappella.
La grabación procede de la legendaria grabación en directo de la Scala de Maria Callas, dirigida por Leonard Bernstein, y ha seguido siendo la grabación de referencia de esta ópera hasta hoy. Su compañero Cesare Valletti cautivó con su voz elegante y lírica.

Prendi, l’anel ti dono – Callas / Valletti

 
 
 

 
 

La gran escena del sonambulismo – “¡Ah! Non credea mirarti”

Sólo un simple motivo de los primeros violines y el punteo de los bajos acompañan el sufrimiento suavemente respirado de Amina. La melodía es una cantilena típica de Bellini: alargada y con pequeños intervalos sin doblar por los instrumentos. Bellini compuso un acompañamiento extremadamente escaso para ella; al sonido de las cuerdas sólo se oyen las interjecciones de un oboe lastimero, más tarde el acompañamiento de un expresivo violonchelo solista. La llamada “aria de las flores” termina con unas sentidas coloraturas.

El famoso crítico estadounidense John Ardoin escribió que Maria Callas entró en los anales de la ópera con el acto final de esta ópera. Cambió la forma en que las sopranos cantaban el papel de Amina. Su voz en esta escena de sonambulismo es arrebatadora y brilla con un gran legato y líneas largas. En esta escena, Maria se convierte en Amina.
Ah! Non credea mirarti… – Maria Callas.

 

 
 
 

 
 

El aria de bravura del final – “Ah non giunge”

Bellini compuso un aria de bravura para Amina al final de la ópera con grandes saltos de tono, trinos y notas altas.

Callas cantó esta aria en 1957 con adornos adicionales (locos) del director de la función Leonard Bernstein. El director Luchino Visconti hizo que las luces iluminaran tenuemente la escena hasta esta aria, y Callas cantó esta aria final bajo las deslumbrantes luces del escenario.

¡Ah! Non giunge – Callas

 

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