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3 piezas inmortales de la ópera GUILLAUME TELL de Rossini- con las mejores interpretaciones de YouTube (Hits, Best of)

Aunque el Tell de Rossini es una gran obra, no se representa a menudo. La complejidad escénica y las dificultades de reparto son demasiado grandes. Sin embargo, es una de las obras más influyentes de la historia de la ópera, ya que ayudó a fundar el tenor moderno y la gran ópera.

 
 
 

 
 
 

El bello romance «Sombre forêt» («Selva opaca»)

Rossini compuso para Matilde un aria lírica, escasa y tiernamente acompañada por la orquesta. Es una de las pocas escenas escritas «a la antigua usanza de Rossini» con coloratura y saltos de tono.

Esta aria, con sus motivos urgentes y pasajes en legato, parece escrita para la garganta de Montserrat Caballé.

Selva opaca, deserta brughiera (Sombre forêt) – Caballé

 
 
 
 
 
 

El conmovedor «Sois inmóviles»

Gessler concibe ahora la terrible idea de que Tell dispare la manzana de la cabeza de su hijo como castigo. Cuando Tell se niega, Gessler ordena matar al hijo. Tell se arroja suplicante a los pies de Gessler, pero éste, riéndose burlonamente, exige que se dispare a la manzana. Conmovido, Tell bendice a su hijo. Le entrega la ballesta y el carcaj, y a escondidas pone una segunda flecha en su chaqueta. Una vez más, Tell se dirige a su hijo y le pide que se quede en silencio y rece a Dios.
Acompañado conmovedoramente por el violonchelo solista, Tell canta las conmovedoras palabras. La voz del barítono sube a Fa («¡Jemmy! ¡Jemmy!») para expresar el dolor del padre.

Resta immobile (Sois inmóviles) – Hampson

 
 
 

 
 
 

El aria de Arnold «Asile héréditaire» («O muto asil»)

Arnold está en la casa de campo de su padre. Se acuerda de él y se despide del lugar de su infancia.
El aria lírica de Arnold, en combinación con la cabaletta que le sigue, es una de las piezas para tenor más difíciles del repertorio operístico. Comienza con un breve motivo de trompa que representa el recuerdo de la juventud de Arnold. A los pocos compases de la entrada del tenor, éste debe cantar un si bemol expuesto con otro si bemol dos compases después. Rossini compone el dolor de la despedida con un realce repetido de la frase «J’appelle en vain», y el aria termina con un Do alto.

Continúa con la infame cabaletta «Amis, amis, secondez ma vengeance» («¡Corriam! Voliam! S’affretti lo scempio»), que está salpicada de otros 6 Do altos, algunos de los cuales deben mantenerse durante un compás y medio para expresar el éxtasis de Arnold.
La interpretación de Pavarotti está dramáticamente dibujada. Sus agudos son espectaculares pero algo forzados. Pavarotti mostró un gran corazón al asumir este papel. Sin embargo, se abstuvo deliberadamente de cantar el papel en el escenario. Sabía que su voz se dañaría si tenía que cantarlo varios días seguidos.

O muto asil del pianto – Pavarotti

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